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1. ¿ UNA CIUDAD EN CIERNES ?> *¿?*
1 ) ¿Está en ciernes la ciudad? *1* - 2 ) ¿Pugna por nacer de sí misma una ciudad renovada, o esos movimientos que se observan son sólo falsos reflejos en el aire recalentado, fatuos espejismos que no merece la pena perseguir o dedicar un solo minuto a analizarlos? 3 ) ¿Está en marcha esa ciudad que un día y otro parece anunciarse, aquí y allá, que parece reclamar por doquier, así creemos verlo, una práctica urbana fundada en los derechos humanos; o está naciendo, por el contrario, una nueva ciudad, nunca vista, terrible, de la lucha y competición por la supervivencia? *2* - 4 ) ¿O no está naciendo nada? 5 ) ¿Se impondrá a la larga la racionalidad, y por lo tanto la dignidad y la decencia, sobre la exclusión en nuestras ciudades? 6 ) ¿Estamos abocados irreversiblemente a la extensión de la segregación y la marginación, al crecimiento de territorios urbanos indignos y crueles, donde ni siquiera esté garantizada la integridad física de sus moradores; o puede pensarse un horizonte justo y creíble para esos miles de ciudadanos que parecen quedarse atrás sin remisión? *3*
7 ) Porque de todo esto se trata, este es el dilema que nos interesa. Desde luego, algo pasa, aunque sea difícil de comprender y suscite muchas más preguntas que respuestas. Si desde siempre la vida urbana se ha asociado al florecimiento humano, al disfrute de ventajas de todo tipo, materiales y no materiales, de las que hacen que la vida merezca ser vivida, y hoy el mundo es más urbano que nunca; si el planeta se está urbanizando como jamás se vio, y el futuro de la humanidad parece concentrarse en las ciudades ¿por qué no se aprecia un nuevo impulso de florecimiento en ellas? 8 ) ¿Por qué más bien parecen hoy campos de batalla? 9 ) ¿Qué sucede, por qué está tan generalizada la impresión de que no vamos en la buena dirección? 10 ) Y si este proceso no es satisfactorio, ¿no sería el momento de hacer un esfuerzo en favor de la calidad de la vida urbana, que marca la calidad de nuestra civilización, volviendo a los orígenes, reforzando esa ciudad del derecho, presente desde el inicio mismo de la ciudad?
11 ) Veámoslo desde la otra orilla. La ciudad la han soñado siempre generaciones de inmigrantes como un lugar de libertad y de progreso al que recompensa dirigirse. Y si en ella no estuviese la esperanza para esos miles de viajeros que cruzan los ríos y los mares ¿en qué lugar está? 12 ) ¿Es que ya no hay un lugar apropiado para el florecimiento humano? 13 ) Y el urbanismo, ¿no debería orientar sus pasos hacia la materialización de aquel sueño? 14 ) Si no lo hace, si alguien piensa que no tiene sentido que lo haga, ¿no sería mejor que abandonase a su suerte el desarrollo urbano, en lugar de cumplir el cínico papel de amortajador?
15 ) Ciudad y ciudadanía son términos hermanados. Con una relación intrincada y variable a lo largo de la historia, pero que ha marcado la práctica urbanística durante siglos. Sin embargo, aún con sus distintos momentos y énfasis, y también con sus crisis y desalientos, ¿no ha estado siempre el derecho asociado a la ciudad, no ha nacido en ella, no ha sido también allí donde ha cristalizado? 16 ) Sin ciudad no hay plasmación práctica de muchos de los derechos; o desde luego su concreción no sería la misma. En las ciudades se ha concentrado la lucha por los derechos humanos: ¿será por su condición de soporte físico necesario para su materialización; *4* o por constituir el marco institucional en que se forjan? 
La ciudad del príncipe, todavía
17 ) En algún momento se dijo que el aire de la ciudad hacía libres a quienes a ella accedían. Un aire que hace libre: ¿hay un inicio mejor para la historia de la ciudad? 18 ) Esa fue la idea que tomó cuerpo cuando los siervos escapaban de los feudos para conseguir libertades políticas y personales en las autogobernadas ciudades medievales. Y fue también el principio que regía, en consecuencia, la política urbana. ¿Hoy hace la ciudad una oferta –aire libre- semejante?
19 ) En el orden antiguo todo giraba en torno a la jerarquía, que modulaba las libertades o los derechos. Todo el mundo sabía cuál era su inamovible sitio, y hasta que ese orden no se vino abajo (en unos lugares antes, en otros más tarde) esa jerarquía modeló las ciudades. La libertad y el progreso tenían que celebrar a los señores. ¿Representa el esplendor barroco el final de una práctica urbanística que privilegiaba la representación de quienes ocupaban los escalones más altos de la jerarquía social, o sólo es uno de los momentos de un recorrido mucho más largo, que podría llegar hasta la actualidad? 20 ) ¿No mantienen, por ejemplo, un principio ordenador semejante la mayoría de las ciudades democráticas, sustituyendo la aristocracia de sangre por la preeminencia de los cargos electos, pero manteniendo la forma de marcar el espacio?
21 ) Dibujar, dejar patente la jerarquía en el espacio de la ciudad fue la preocupación principal cuando se decidieron las trazas de Karlsruhe (una ciudad barroca que puede servir de ejemplo del viejo orden urbano), con sus 32 calles desplegadas desde la residencia del margrave , y unos modelos perfectamente establecidos para los edificios, ajustándose a un orden estricto, acorde con sus destinatarios: aristócratas, burgueses o artesanos. ¿No habría que considerar a este tipo de ciudades como expresión modélica de la ciudad del uno (el príncipe), frente a ese otro tipo de ciudades que luego se impondría, la ciudad de las mayorías ? *5*
22 ) Pero no estaba sólo la pretensión figurativa. Se aplicaba un urbanismo que también pensaba en otras dimensiones urbanas. ¿Esa ciudad del orden, clásica, napoleónica, la que muchos tienen todavía en la cabeza como ideal, del todo coherente, donde nada se escapa, donde todo literalmente converge en la persona del príncipe, busca la cohesión por el control estético? 23 ) Desde luego, este tipo de ciudades gusta, son enormemente atractivas. ¿Cómo es posible, si el absolutismo que las creó es un régimen hoy deplorado y deplorable? 24 ) ¿Su potencialidad poética deriva de ser reflejo directo de las personalidades que la crearon, expresión del poder creativo de unas personas concretas ? 25 ) En tal caso ¿sería el mismo efecto que hoy se quiere conseguir al vincular las grandes obras urbanas con determinados arquitectos de firma, que se encargan de que los proyectos estén encarnados , asociados a personas determinadas?
26 ) La capacidad de seducción de esas ciudades, ¿es la misma fascinación algo circense (lo nunca visto) de las pirámides faraónicas o de los vaticanos, la expresión de una técnica asombrosa? ¿Es la misma que hoy seguimos viendo en esos enormes volúmenes volados, en esos materiales inverosímiles, en los efectos más sorprendentes que nos obsequian las nuevas construcciones urbanas que se pretenden emblemáticas ? 27 ) No lo sabemos. Mas ¿no es sorprendente que no lo sepamos nosotros, profesionales del urbanismo, o es una carencia exclusivamente nuestra? 28 ) Muchos de los libros de historia de la arquitectura y el urbanismo se centran en los aspectos compositivos. ¿Es un tema adjetivo, imposible de vincular al núcleo urbanístico, o se trata de una cuestión más importante, aunque aún no integrada en un discurso global sobre la ciudad que la considere como se merece, junto a los temas económicos, sociales, funcionales, ecológicos, etc.?
29 ) En cualquier caso, ¿sigue vigente en ellas aquel sueño urbano de libertad forjado en las ciudades medievales, o se acabó diluyendo entre tanta y tan sorprendente monumentalidad? *6* - 30 ) La técnica de integración que entonces se magnificó, una estética urbana fastuosa, ¿aún perdura, aún se pretende? O dicho de otra forma, la cohesión social fundada en la coherencia formal, en el lujo formal, ¿es esencialmente la misma que todavía hoy se practica, por ejemplo, en las “ciudades patrimonio”? 31 ) Y hablando del lujo, ¿es necesariamente un objeto o puede tratarse de un proceder, como creía Gil-Albert? *7*
32 ) Los príncipes nos dejaron ciudades de lujo (suntuario) y sugerencias, de jerarquía impresa en su fábrica, patente, para afianzar el orden social. Luego, esas ciudades históricas han evolucionado con los tiempos; y hoy Karlsruhe, por seguir con el mismo caso, es una ejemplo de ciudad democrática y moderna. Pero aquella técnica de adhesión por la estética, ¿no sigue vigente en las grandes obras de monumentalización de nuestros días, que muchos ayuntamientos impulsan para promover una especie de orgullo ciudadano difícil de justificar? 33 ) ¿Hasta qué punto se mantiene en vigor la proximidad ciudadana por la monumentalidad suntuaria, el gasto festivo, los fuegos artificiales?
34 ) Se trata, en cualquier caso, de un urbanismo profundamente conservador, cerrado a los cambios. Con una tendencia a reducir temas, a unificar (hacer todo uno ) más y más, innecesariamente la mayor parte de las veces. Todo era blanco en la Karlsruhe clásica, con un estilo límpido e inmaculado, puro. ¿Es la misma lógica que anima a los amantes de los uniformes, de cualquier ejército bien uniformado? 35 ) ¿Es una pulsión atávica, difícil de superar, porque de alguna forma nos sigue cautivando la aristocracia que lleva implícita y conmoviendo la seriedad equina?
36 ) Desde luego, es un estilo antiguo. Que precisa de un único artista que inspire la forma concreta y dé coherencia estética a todas las intervenciones. ¿Podremos encontrar un estilo urbano propio de nuestro tiempo, que desconfíe de las construcciones basadas en el “yo profundo” e irracional de algún artista, y que tampoco sea consecuencia, sin más, de la razón científica, del encadenamiento de enunciados lógicos y verificables; ni expresionismo, ni formalismo, ni abandono a las pulsiones de la sinrazón, ni sumisión a una racionalidad absolutista ?
37 ) ¿Podremos dar con un estilo que asocie valores y formas, ajustado al conocimiento actual, expresión de los requerimientos de la ecología urbana, relacionado con la tecnología del nuevo siglo, coherente con la sensibilidad actual y atendiendo, por tanto, al urbanismo de género, con un impulso tanto social cuanto estético, expresivo del igualitarismo y función, en todo caso, de los derechos humanos? 38 ) Para evitar que sea la expresión de ninguna unidad excesiva, ningún catolicismo, ningún imperio, ninguna macdonalización, *8* ¿tendrá que ser necesariamente sucio, una broma tutti-fruti ? 39 ) ¿Podremos finalmente alcanzar un orden formal plural, pacifista, práctico y realista en el que todos nos reconozcamos?
40 ) “El mundo agoniza por falta de tolerancia”, escribió Max Aub, *9* quien añadía: “La tolerancia, que nada tiene que ver con el verbo tolerar, es hoy el bien más olvidado. Reina su contrario. Y, sin embargo, no hay ni hubo mayor grandeza que el arribo a su puerta, cuando no se trata de debilidad. Prenda exclusivamente humana: aceptar lo de los demás. No hacer en ellos lo que no se quiere para sí mismo”. Si no se trata de aguantar y soportar al otro, lo que en cualquier momento puede transformarse en persecución y expulsión, sino de aceptar la diferencia del otro y respetar la otredad ¿cómo traducirlo en estilo urbanístico? *10* - 41 ) Hablamos de un proyecto de la libertad por cohesión, por la cercanía mutua que favorece el diseño de una ciudad siempre inacabada y, por lo tanto, abierta. Mas, ¿cómo conseguir una encarnación múltiple, expresión de multiplicidad; cómo dar cauce al multiculturalismo; cómo hacer que vuelva el color? 
La ciudad del estado del bienestar, en crisis
42 ) Con el desarrollo de la sociedad industrial la ciudad se democratiza. Aunque no es fácil concretar una fecha en que se pasó de la ciudad del uno a la de las mayorías , ¿podrían tomarse como años clave de este proceso los de las revoluciones americana y francesa? 43 ) En cualquier caso, y pese a que se mantienen rasgos de la estética precedente (Washington es quizá un ejemplo excesivo), el urbanismo amplía entonces su tarea (paulatinamente: las cosas, en urbanismo, tardan en hacerse, maduran lentas). La jerarquía no podía reflejar ahora los distintos escalones sociales. Su función debía ser ordenar el sistema de calles, distribuir adecuadamente los usos urbanos. Los planes comenzaron a clasificar y distribuir, a dotar a las distintas áreas de la ciudad de una organización racional, para que todas contasen con los servicios y dotaciones necesarios para su normal desarrollo: agua y saneamiento; escuelas, zonas verdes y deportivas, etc. Es el urbanismo que desembocó en las propuestas del Movimiento Moderno, el urbanismo de masas definido en los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, del primer tercio del siglo XX). En él una operación básica es la zonificación. Pues ¿no es la zonificación necesaria para pensar la ciudad en conjunto? 44 ) Aunque ¿podría decirse que hay en esa misma zonificación una disimulada, pero real, jerarquía?
45 ) Se aplica a la ciudad un orden más científico. Es el momento de los grandes números y las estadísticas, un proceder que hoy todo el mundo entiende y nadie discute. Pues el orden de las mayorías lo impregna todo en la ciudad, y cuesta pensar de otra manera. Se tiende a la matematización de la realidad. ¿Se ha pasado, también en la ciudad, de la razón poética a la razón científica? 46 ) Se confía tanto en las mayorías, que a veces se desborda el campo de la política. Con frecuencia lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, lo verdadero y lo falso se identifican con la opinión estadística de la mayoría. ¿Tiene sitio el relativismo cultural en el urbanismo moderno, o la estética impopular que con frecuencia lo acompañaba desmiente esta afirmación? 47 ) En cualquier caso, habría que hacer algunas consideraciones sobre las mayorías. Pues no habría de bastar el 51%. ¿No habrá que conseguir ampliar la mayoría a los máximos porcentajes posibles, dejando fuera de ella, en cada caso, al menor número de personas?
48 ) La metáfora que solía aplicarse a esta ciudad, que en general se mantiene hoy día, era la del organismo o la máquina. ¿No se imponía entonces adecuar el conjunto urbano a las necesidades de toda la población, convertir la ciudad en una máquina eficaz al servicio de todos sus moradores, o al menos de la mayoría? 49 ) Se consideraba, y se considera, que se trata de un urbanismo racional, de signo económico. Pero, ¿es también elegante? *11* - 50) Un urbanismo que hace sitio y concesiones a la vieja estética monumentalista, aunque de nuevo cuño, pero que está preocupado ante todo por la funcionalidad y el interés general. Con técnicas propias, novedosas. ¿Precisa ordenar siempre la totalidad de la ciudad, de la metrópoli, conseguir que nada queda fuera de su alcance, para que sea efectivo? 51 ) Es un urbanismo más y más intervencionista. Dispone de más información (no en vano coincide su desarrollo con el de la estadística, de la cartografía geométrica y la sistematización de la administración pública, incorporando a su gestión, por ejemplo, datos sobre los interiores de los edificios, que hasta entonces se ignoraban). ¿Qué fue antes en él: más información, que posibilitó mayor intervención; o más intervención, que exigió más datos?
52 ) ¿Puede decirse que este urbanismo, que se fue imponiendo paulatinamente en Europa desde finales del XIX, llegó a ser la expresión más acabada del estado de bienestar creado por la socialdemocracia, su más nítida imagen? 53 ) Un estado del bienestar que llegó a expresarse como una lucha contra los cinco gigantes, *12* en una etapa en la que se produjo la plasmación más avanzada de los ideales de libertad e igualdad propios de las declaraciones de derechos (las esperanzas de Thomas Paine de dos siglos antes). Así fue, al menos en sus intenciones. Pero el hecho de que esa lucha contra la inseguridad y la desigualdad fuese el fruto de un acuerdo entre caballeros influyentes, la aristocracia del trabajo y los propietarios del dinero, ¿desautoriza sus logros? 54 ) A pesar de sus contradicciones, a pesar de sus desarrollos aberrantes (para entendernos: de las soluciones autoritarias de planificación) y de sus limitaciones (se trata de un proceso ceñido a la parte rica del planeta), ¿es posible no reconocer su éxito, no apreciar sus aportaciones?
55 ) Insistimos: estamos hablando de mayorías, esa amplia capa de la población cuyas necesidades o deseos (ciertos deseos) los políticos, y singularmente los alcaldes de cada ciudad, en los sistemas democráticos, se esfuerzan por atender. Al fin y al cabo de esas mismas mayorías depende su poder. Como sabemos, los deseos de las minorías o bien se integran como parte del todo (esa variedad que ameniza el conjunto) o, sin más, no son considerados. ¿Es posible desvincular el urbanismo actual de la forma en que se consigue el poder político? 56) Se leen algunas críticas sobre las consecuencias que podría tener la gestión irresponsable de esta situación: la “psicología del niño mimado”, es decir, la libre expansión de sus deseos vitales y la radical ingratitud de cuanto hace posible la facilidad de su existencia; la impresión de la facilidad de la vida; o la decadencia de la cortesía. También la hiperdemocracia (la extensión de la democracia más allá de la política, a ámbitos en los que es indeseable); o el escepticismo derivado de la discordancia de opiniones. La generalización, en fin, de la “cultura de la queja”. *13* ¿Tiene todo esto que ver con el urbanismo?
57 ) En España se produjo su explosión justo cuando empezaba a ponerse en crisis en el resto de Europa. El urbanismo de los 80 supuso la consagración de este modelo en muchas ciudades españolas. El ejemplo del Plan de Madrid de 1985, en sus objetivos y metodología contra la segregación, ¿no se refiere a grandes grupos de población, incluso a la mayoría de la población madrileña, vistos agregadamente? *14* - 58) Si el proyecto de Karlsruhe puede considerarse modélico de “la ciudad del uno” (el príncipe), ¿podría el de Madrid también serlo, aunque ahora como expresión magnífica de “la ciudad de las mayorías ”?. 59 ) Pues de lo que se trataba aquí ¿no era precisamente de adecuar el conjunto urbano a las necesidades de la mayor parte de la población, que la habitaba hasta entonces bajo el signo de la segregación, una situación que el nuevo sistema democrático, recientemente alcanzado, no podía consentir?
60 ) En cualquier caso, los instrumentos urbanos eran diferentes entre uno y otro modelo de ciudad. Tiene poco sentido fijarnos ahora en la calidad de la fábrica edificada del Madrid socialista. Pues es el documento de “estructura urbana” propuesta en el plan general como definición de la ciudad que se quería hacer (era un proyecto), el elemento crítico que mejor explica la propuesta. Preocupaban, lo hemos dicho, la segregación espacial y funcional de numerosas áreas urbanas, y los sistemas de relación de la ciudad; y no es baladí recordar que el conjunto integrado de áreas y sistemas de relación es precisamente lo que se entiende por estructura urbana. El tema era, por tanto, la estructura. Y ésta se planteaba compacta y no segregada, con continuidad entre sus partes: “Es preciso –decía la Memoria general del Plan- romper el aislamiento (de la periferia) y su absoluta dependencia del centro, reforzando las relaciones intraperiféricas”. ¿Por qué es tan importante en esta técnica la “continuidad entre las partes”?
61 ) Para interconectar mejor se concebía un sistema viario adecuadamente jerarquizado y un sistema de transporte público reforzado e integrado como base de las relaciones metropolitanas y urbanas, que aprovechase la accesibilidad de las estaciones y puntos de intercambio. ¿Antes importaba ante todo la vista, mientras que ahora se da prioridad al movimiento? 62 ) Pero también se pensaba otros elementos estructurales que atajasen la segregación. Se pensó en fomentar una notable descentralización del equipo y los servicios, sustentada sobre nuevas implantaciones dotacionales que no precisasen una localización central; en garantizar la continuidad y mejor articulación de los espacios públicos (que también se diversificaban); y en desarrollar una completa red de infraestructuras básicas que llegase a todos los sectores con idéntica calidad de servicio. Se sintetizó la ciudad al máximo: en el Norte estaba la mayor parte de los servicios urbanos y en el Sur la población trabajadora. Aunque el handicap entre el Norte y el Sur no llegó a corregirse completamente, ¿no se eliminaron y resolvieron situaciones de infravivienda? 63 ) En contraste con el urbanismo “desarrollista”, ¿no supuso, por ejemplo, una racionalización del transporte o una recuperación del patrimonio? En resumen, ¿no consiguió cierta eficacia? *15*
64 ) Así como del urbanismo de Karlsruhe decimos que no ha cambiado tanto la idea básica de la imagen urbana, también, y más ahora, este urbanismo, y sus técnicas, sigue vivo y en uso. Y sigue siendo necesario. No hay más que ver las contestaciones de varios alcaldes europeos a una encuesta sobre la existencia o no de guetos en sus ciudades. ¿No son un síntoma, entre otras cosas, de su vigencia? *16* - 65 ) En primer lugar, salvo, curiosamente, los representantes del Benelux (de Amsterdam, Rotterdam o Bruselas), el resto de los alcaldes entrevistados niega su existencia, pero en sus respuestas se evidencia que ha sido gracias a las políticas urbanas de bienestar. Y en segundo lugar, unos y otros son conscientes de los peligros de bajar la guardia, de la necesidad de, ahora más que nunca, redoblar este tipo de políticas. ¿No se han hecho más urgentes estas necesidades en el último año?
66 ) Vivo, pero inacabado. En Madrid hablábamos del Norte y el Sur, de la necesidad de alcanzar nuevos equilibrios entre esos dos grandes ámbitos. Y nos referíamos a aspectos económicos y a la solidaridad entre las distintas partes de la ciudad. El urbanismo habla ahora sobre todo de economía y de mayorías. En un contexto de globalización, de economía global y de solidaridad internacional, ¿puede argumentarse alguna razón económica o de justicia para no plantear como objetivo general conseguir ciertos reequilibrios entre las condiciones de unas y otras ciudades? 67 ) En coherencia con las demandas de una economía ecológica, ¿no es hora ya de superar el atavismo economicista del “más es mejor” por el de “en su justa medida”, de hacer quizá una moratoria en nuestras ciudades ricas sobre nuevas infraestructuras, la necesidad de más y más obra, en beneficio de una mejor gestión de lo que tenemos? 68 ) La tendencia que reclamamos de ensanchar las fronteras de la ciudad, ¿llevará, en el límite, a hacer difícil la distinción entre unos y otros grupos de población, o a no tener enemigos, con lo que esos dos grandes motores de la actividad (la élite, el enemigo) quedarán sin fluido vital? 69 ) Y sobre la pretensión de evitar el despilfarro, que llevaría a considerar literalmente la necesidad económica de aprovechar tantos talentos, tantas “vidas desperdiciadas” que hoy se desdeñan, *17* ¿no es inquietante que sea el mismo argumento que se utilizó siglos atrás al tratar de la pobreza urbana? 
La trampa de la globalización
70 ) Desde los años 80 el estado de bienestar empieza a ser discutido. Arrecia el desmontaje de lo que había sido uno de los soportes del sistema, en favor del otro, con el que había coexistido durante largo tiempo. Pues el estado del bienestar ha sido presentado muchas veces como un montaje en beneficio del capital, más que del trabajo. Pero lo cierto es que ha sido beneficioso para unos y para otros. Más para unos que para otros, es verdad; y a partir de la fecha antes señalada, mucho más para unos. Pero, ¿no ha sido también ventajoso para los trabajadores? 71 ) En la guerra fría, junto con la consolidación del estado de bienestar, se inició una tendencia de los gobiernos a compartir el poder soberano con los grandes intereses privados, desapareciendo gradualmente la antigua distinción entre las actividades económicas públicas y las privadas. ¿Cómo distinguir unos y otros intereses, por ejemplo, en muchos de los contratos públicos con empresas privadas? *18*
72 ) Se dio lugar a lo que podríamos calificar de un estado de privilegiados. ¿Un estado aristocrático? 73 ) Con los programas de privatización puestos en marcha en los 80, mientras el estado de bienestar se fue desmantelando progresivamente, el estado de los privilegiados no sólo salió ileso, sino reforzado. El propio estado de bienestar ha sido cedido a empresas privadas. ¿Cómo entender la privatización de muchos de los servicios públicos? ¿Qué decir de algunos ejemplos drásticos, como la privatización de las cárceles en USA, que ha ido a la par del crecimiento de la población carcelaria, favoreciendo el arrinconamiento de la gente y negociar con ello? *19*
74 .1 ) -.2 ) Y sin embargo, ¿decrece el estado o sólo se transforma? 75 ) De hecho, ¿no saca provecho, invariablemente, el mercado de los negocios del gasto estatal?; ¿no le proporcionan los colegios públicos personal instruido y productivo?, ¿no acude ese personal a trabajar mediante el transporte por carretera y el ferroviario?, ¿no mantiene el sistema sanitario a los empleados en buena forma? 76 ) Un sistema de impuestos equilibrado al menos permitía repartir los costes de este modelo. Pero ahora se espera que todo esto lo paguen sólo los otros (como también las emergencias que ocasionan los unos : ahí está el estado cuando el mundo de los negocios está en apuros). ¿No se quiere hacer ver ahora al estado del bienestar como malo y despilfarrador cuando asigna recursos a las personas, pero bueno cuando lo hace con las empresas?
77 ) Sobre este proceso llama la atención Susan George. *20* Hay que plantearse directamente la pregunta que esta autora sugiere: ¿la globalización es una trampa? 78 )Frente a la idea de que la globalización supone que todos los pueblos y regiones del mundo están de algún modo involucrados en un mismo movimiento y marchan juntos hacia una futura tierra prometida, ¿no se trata, a la vista de los datos, precisamente de lo contrario? 78 bis ) Según ella, la globalización se ha convertido en una fórmula cómoda para referirse a la exclusión de facto, un proceso que permite a la economía mundial de mercado aceptar a los más idóneos y dejar al resto. ¿Hay que quedarse con la visión de George o con la de Vicente Verdú cuando escribe que la globalización toma rostro humano al facilitar una conciencia más integradora y dolorosa del mundo, al transformar en ciudadanos críticos a espectadores entretenidos y a consumidores locos?
79 ) Los datos no suelen engañar. La globalización ha transferido inexorablemente la riqueza de los pobres a los ricos, y su incidencia en el mundo urbano ha sido demoledora. Si la parte positiva del estado del bienestar, no sus aberraciones, ha perdido impulso, ¿no urge ahora más que nunca recuperarlo, y además ampliarlo? 80 ) Hay quien dice que se trata de un problema de resistencia, de supervivencia de los que van quedando al margen. Basta echar un vistazo al mundo urbano de la vanguardia en USA, según lo cuenta Harvey sobre Baltimore (que coincide con lo que cualquier observador puede ver en otras ciudades, como Chicago). *21* Un caos de ciudad. Quizás el mismo caos que antes, pero entonces mucha gente creía en soluciones; y hoy los problemas parecen insolubles. Algún detalle: 40.000 casas vacías (de 304.000) frente a las 8.000 de antaño; concentración de personas sin hogar, pobres y paradas; escuelas públicas en estado lamentable, centros de salud tapiados, la esperanza de vida en descenso. Los ricos siguen abandonando masivamente la ciudad y proliferan los suburbios y urbanizaciones periféricas antiecológicas, mientras se abandonan los suburbios interiores. Se desintegra la urbanidad (menos impuestos para la equidad urbana). ¿Es un buen resumen decir que los ricos crean guetos de prosperidad minando los conceptos de ciudadanía, pertenencia social y apoyo mutuo, con sus comunidades valladas, con sus impuestos propios y para su exclusivo beneficio, mientras se profundiza la ruptura social y la fragmentación institucional, donde parece que el único eslogan real es finalmente “sálvese quien pueda”? 81 ) ¿Es éste un buen resumen: prolifera la exclusión, y se multiplican las gentes sin sitio en el mundo? *22*
82 ) ¿Y qué sucede en la mayoría de las demás regiones, donde se está produciendo el desarrollo urbano espectacular en países con medios insuficientes para hacer frente a tal crecimiento? 83 ) Apabulla la enormidad de las cifras, pero también la naturaleza de lo que muestran, el profundo desequilibrio que constatan. *23* Incluso con los cálculos más moderados, es tal el crecimiento demográfico alcanzado y tanto el esperado que marcarán el destino de muchos países y ciudades. Oficialmente el planeta dejó el siglo XX con algo más de 6.000 millones de habitantes, después de haberlo iniciado con poco más de 1.500 millones. Durante todo este tiempo se ha incrementado también, y de forma aún más espectacular, la riqueza global: según datos por lo visto bastante fiables, *24* la renta media de la población se habría multiplicado por nueve, cuando en el siglo XIX, también de fuerte crecimiento, este incremento apenas había sido del doble. Sin embargo, y he aquí un primer “matiz” importante, nunca las desigualdades habían sido tan profundas. En esto también hay unanimidad. Todas las estimaciones destacan cómo se ha incrementado la brecha entre ricos y pobres y la concentración geográfica de la riqueza. *25* Pero además, pobreza y desigualdad se concentran ahora en las ciudades, tienen sesgo urbano. En ello influye el que el planeta se haya urbanizado aceleradamente. En 1950 sólo el 30% de la población era urbana; y hoy ya es prácticamente la mitad (y pronto lo serán dos tercios, hacia 2050). Pero lo más alarmante es que este desarrollo se está produciendo fundamentalmente en los países pobres, hasta ahora menos urbanizados, *26* y que está ocurriendo sin un desarrollo económico correlativo que lo sustente, como era habitual en etapas históricas anteriores. Ciudades pobres, incluso con economías en retroceso, están soportando aumentos considerables de su población. Si las ciudades son las protagonistas de este proceso urbanizador: inmensas extensiones de chabolas que se hacinan, ampliando sin límites los centros urbanos de muchos países del Tercer Mundo. Lo que los anglosajones conocen como slum, *27* ¿no es un problema urbanístico central actuar frente a esa forma de crecimiento? 84 ) Y en una fase de globalización, ¿no podrá hacerse nada en las ciudades ricas, frente a ese proceso?
85.1 ) En este contexto global hay que contemplar los esfuerzos del Plan de París ( París 2020 ), que han coincidido con la explosión de la banlieu : ¿no es todo un síntoma? 86 ) Veamos ese nuevo plan, y destaquemos en él las cuestiones que antes no se planteaban y ahora son protagonistas. *28* Subrayemos algunos de esos indicios novedosos, poniendo de manifiesto semejanzas y diferencias con el citado plan de Madrid. Recordemos que esta última ciudad se estructuraba en 1985 para mejorar la continuidad entre las partes mediante la mejora del transporte público y el viario principal. Ahora París igualmente se centra en mejorar los transportes públicos, poniendo especial interés en las potencialidades del tranvía (como el propuesto de Maréchaux). Pero también se habla de otras cosas: civilizar (magnífica expresión) las vías principales, recomponer las plazas, reconquistar los bordes del Sena y los canales (Bièvre, por ejemplo), aligerar la circulación en el centro, disminuir la presión de los aparcamientos, dar más oportunidades a las bicis. ¿Van estas decisiones en la buena dirección? 87 ) Es verdad que no se olvidan de planificar la ordenación de plataformas logísticas para la distribución de las mercancías, que no se cuestiona el enorme impacto funcional del “Periférico” (el principal anillo de ronda) y se piensa en implantar el “control del acceso” al centro ciudad (hasta la A-86) para mejorar la eficacia de la movilidad rodada. Pero a quien no tiene coche, ni puede usar los medios de transporte público (quizá ni siquiera cuenta con papeles), a quien vemos moviéndose con dificultad, tantas veces con riesgo, torpemente (sálvese quien pueda, una vez más) entre las autovías, los apuntes anteriores pueden ser un bálsamo. ¿Son suficientes esas decisiones de movilidad o es un esfuerzo inferior al mínimo exigible dada la gravedad y urgencia de la situación?
88 ) Respecto a la vivienda, dominan en el plan de París los análisis de grandes números. Se habla de la necesidad de “reforzar las viviendas sociales en el centro y en el oeste de la ciudad”. La mayoría de la población, obviamente, reside en una vivienda “estándar”. Pero aún quedan muchas expresivamente denominadas “subestándar”: así pueden considerarse las de aquéllos que poseyendo un espacio propio no cuentan con un sistema decente de calor o no tienen ascensor, aunque, ya de edad, tengan que subir a la cuarta planta de un bloque de los años 50. En París todavía el 11% del parque no tiene baño (unas 150.000 personas). Pero la solución propuesta, “asegurar la renovación urbana”, o promover nuevas viviendas públicas, asignadas mediante el sistema de investigación de ingresos de los beneficiarios, ¿va en la buena dirección?, ¿estigmatiza? 
Signos de cambio, momento crítico
89 ) Si la razón, el pensamiento mismo, no parece estar en su mejor momento; si es evidente la crisis del estado del bienestar y de sus instrumentos, y hay quien considera que la globalización es una trampa; si los signos de cambio se multiplican, ¿puede decirse, atendiendo al largo plazo y sin ánimo retórico alguno, que el presente es un momento crítico? 90 ) El plan de París indica que, en efecto, pueden observarse, a primera vista, muchos signos de cambio de las cosas urbanas. Y sin embargo la teoría urbanística, el discernimiento para la acción, la agenda, los criterios, las prioridades, parecen hoy las de hace 50 años. Con ajustes, con muchos, muchísimos ajustes, pero básicamente las del mundo en que se forjó la ciudad del estado del bienestar, hace ya cinco décadas; la que se consagra coincidiendo precisamente con la elaboración formal de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, después de la 2ª guerra mundial; aunque tanto uno como otros venían ya de lejos. ¿Hoy es la teoría urbanística un Mac Guffin? *29*
91 ) No se puede decir que haya una teoría clara, sistemática, donde la mayoría de los elementos, tensiones y tendencias que encontramos hoy en la ciudad puedan explicarse, sino que por el contrario hay que manejarse con excepciones a un argumento sólo más o menos intuido. U olvidado: todo son salvedades a aquellas reglas canónicas que se establecieron hace medio siglo. Ensayos, más que teoría sistemática. ¿Es un síntoma la Nueva Carta de Atenas, *30* que pretende sustituir a la original -un trabajo esquemático, limpio-, con un texto que no puede sino incorporar numerosos remiendos y ajustes sobrevenidos? 92 ) El conjunto urbano no parece encajar en ninguna explicación unitaria, coherente. No ya en un gran relato, sino ni siquiera en una modesta armonización de los pequeños. La teoría que se maneja es como un viejo plano al que se han ido añadiendo múltiples novedades y ajustes: llega un momento en que hay que hacer un levantamiento completo, porque ya no es posible seguir usando el viejo pliego, tan deteriorado, de tantas veces doblado y desplegado (es una metáfora). No se trata de reivindicar ahora un gran discurso sistemático: es más que discutible aspirar a algo así. Pero también está claro que es deseable al menos cierta armonía entre los distintos temas y ensayos. Para que por de pronto no dé todo igual. ¿No hablamos, de no ser así, del peor relativismo? *31*
93 ) Estamos en una realidad muy diferente, en la que se han producido numerosos cambios, cuantitativos y cualitativos. El planeta se ha urbanizado, los números cantan. Y cualitativamente, el mundo es otro con modificaciones sustanciales respecto al de hace sólo dos o tres décadas. *32* Las nuevas realidades sociales (inmigración, por ejemplo), económicas (globalización, por ejemplo), culturales (como la bioética), ¿afectan al núcleo duro de la teoría urbanística o pueden ser asumidas como correcciones? 94 ) Y no hablamos sólo de aspectos instrumentales, como la propia cartografía, que además de ser soporte de las propuestas urbanísticas, genera la informatización de la gestión del proceso de crecimiento urbano (un teórico del urbanismo como Castells enfatiza todo lo relacionado con la comunicación y la sociedad de la información y lo que ello supone). Pero qué decir de la metropolitanización de gran número de ciudades. De la “ciudad dispersa”. O de la movilidad, que se ha multiplicado como nunca, y que posiblemente lo hará aún más: ¿qué pasará cuando China se incorpore decididamente al mercado del automóvil, por ejemplo?
95 ) Una veta urbanística de largo recorrido, que ha marcado una época, es la preocupación por el patrimonio histórico, hoy vinculado a la identidad de los lugares y a la economía del turismo. *33* Los planes de centros históricos de los años 70 en Italia e Inglaterra fundamentaron una metodología específica para toda la práctica urbanística, que suponía la recuperación de la idea de la ciudad como capital fijo que no hay que dilapidar: un urbanismo de la austeridad. ¿Qué ha quedado de todo ello? 96 ) Otra de las grandes referencias, más reciente, tanto en la práctica urbanística como en múltiples ámbitos de la realidad social, tiene que ver con la ecología. Que también impregna una práctica muy concreta, una nueva visión del urbanismo de la austeridad, por un lado, y por otro una serie de recetas para múltiples actuaciones técnicas, como las relacionadas con el ciclo del agua, el tratamiento de los residuos, la pacificación del tráfico, las medidas de aprovechamiento energético, etc. Técnicas que se adosan literalmente al discurso general, pero que no parecen modificarlo. Para los próximos años se anuncian, de seguir como hasta hoy, modificaciones drásticas en la vida de la Tierra (calentamiento, deforestación, desertización). De ser finalmente ciertas, ¿sabemos qué efectos tendrán en la ciudad?
97 ) La cultura se plantea como nuevo paradigma, y podría impregnar también la teoría urbanística. Una primera evidencia, la masificación de los espacios culturales. Luego, una mayor diversificación de los equipamientos, una multiplicación de las actividades (iglesias para distintos cultos, equipamientos adaptados a las diferentes culturas, multiculturalismo). ¿No es éste un cambio radical en un urbanismo que nunca se ha construido para una población masivamente culturizada ? 98 ) La política, por su parte, también exige su diversificación, la democracia tiene que empapar la actividad de los ciudadanos, y también, por supuesto, la práctica urbanística. Los presupuestos participativos son una fórmula innovadora. ¿Tienen recorrido en un sistema pensado para decidir sobre una lógica deductiva? *34*
99 ) Y como un tema de fondo inquietante, acentuado por esa explosión urbana que decíamos antes, la permanencia y multiplicación del chabolismo a lo largo y ancho de todo el planeta. Una realidad frente a la que muchos de los temas tratados aquí parecen un sarcasmo. ¿Habrá alguna propuesta novedosa, alguna decisión firme de abordar esta situación, más allá de la continuidad en los benefactores intentos de organizaciones internacionales, claramente fracasados o como mínimo insuficientes?
100 ) ¿Puede extrañar que los resultados relacionados con una forma obsoleta y fuera de la realidad de pensar la ciudad sean extremadamente insatisfactorios? 101 ) El bienestar decae donde lo había, y se apodera el malestar en la ciudad: perdónesenos el catastrofismo, pero que hay una cierta sensación de angustia es irrebatible. Los problemas medioambientales, que han entrado en una fase más dramática, donde algunos signos de cambio irreversible se aceleran, ¿se tienen realmente en cuenta, o sólo se actúa en la superficie, fomentándose políticas de transporte público, mejorando el tinglado energético en los edificios, imponiendo políticas de saneamiento o incluso impulsando el reciclado, pero sin afectar a los elementos claves, estratégicos? ¿Quién se atreve a tocar el coche, por ejemplo, como fundamento de una parte de la economía? 102 ) Y al tratar de la multiplicación inmobiliaria, ¿no habría precisamente (ahí está Valencia abotargada) *35* que recortar en muchos países la cantidad de edificación? 103 ) En este ámbito no hay apenas defensores de formular una teoría alternativa (en cambio vemos cómo el lobby en favor de las nucleares ataca de nuevo). Ni derechas ni izquierdas, ni sindicatos ni empresarios parecen dispuestos a modificar sus grandes líneas. ¿No habría que abandonar absolutamente un modelo económico basado en el ladrillo y en el coche?
104 ) La pobreza y la exclusión se multiplican por doquier en los países ricos, dejando enormes superficies abandonadas en las ciudades americanas; o manifestando el fracaso de la periferia de París, precisamente la expresión más clara de la teoría urbanística de la época heroica del Movimiento Moderno. ¿Tiene razón Romano Prodi cuando subraya que hay que pensar en lo que queda por venir, en las siguientes explosiones de la periferia de las grandes ciudades europeas? *36* - 105 ) ¿Habrá que esperar a que explote el planeta del slum, a que se acabe la paciencia de los excluidos?, ¿hasta dónde se podrá tensar?, ¿cuánto podremos esperar? *37*
106 ) No es posible estirar más esta teoría caduca. Los retales que van quedando deshilvanados exigen un mínimo hilo conductor, algún vestigio ordenador. La proliferación de repertorios de buenas prácticas a los que se acude buscando camino son un síntoma de esa desesperanza. Pero ¿las buenas prácticas están demasiado apegadas al caso concreto, o tienen capacidad para convertirse, actuando solidariamente, en el armazón que venimos buscando? 107 ) Sea como fuere, cada vez es más urgente contar con un fundamento sobre el que ponernos de acuerdo. En la Bienal de Venecia se planteó hace unos años un eslogan significativo y sugerente: “más ética, menos estética”. *38* ¿No será éste un ámbito adecuado donde buscar tal fundamento?
108 ) Hoy, con la globalización, la situación se ha hecho insostenible. Incluso se advierte un retroceso. Se llama a la recuperación drástica del urbanismo social. *39* Pero son esfuerzos dispersos, ¿cómo unirlos en un esfuerzo común? ¿Cómo integrar en un cuerpo común, cómo jerarquizar los requisitos? 109 ) No se pretende recuperar el viejo urbanismo social, más bien vago, sino defender un urbanismo que dé respuesta a estos déficits, a partir de una base común sobre la que, insistimos, pueda existir un acuerdo. ¿Es posible un acuerdo así, sobre un tipo de urbanismo que favorezca el florecimiento humano? 
Los derechos humanos, el logro contemporáneo
110 ) Si hay crisis, por qué no volver al principio, al proyecto de ciudad como espacio de libertad y derechos, que ahora entraría en una fase nueva, enriquecida con los requerimientos de la aristocracia, ahora generalizados, y los de nuevo cuño, como el confort (que no es invento de los nobles, sino de los utopistas). Buscamos, con esa vuelta al origen, una esperanza para evitar la barbarie. ¿Atacar así directamente el problema de la exclusión, la insolidaridad, y poner en primer plano, hacer explícito, el fundamento del derecho, siempre presente en la historia de las ciudades? 111 ) La ciudad, el lugar del derecho. ¿Vincular así directamente el logro de la civilización, las ciudades mismas, con el logro contemporáneo, los derechos humanos? *40* - 112 ) Entendemos que precisamente el lenguaje de los derechos humanos, la declaración universal, permite la mejor formulación para fundamentar este acuerdo básico. ¿Acudir a la lista de los derechos humanos como demandas que debería satisfacer una política urbanística de alcance universal para establecer un cuerpo integrado, jerarquizado?
113 ) En las ciudades se concentran las multitudes que aspiran a un futuro diferente. Representan el progreso, la modernidad hacia donde se dirige inexorablemente el mundo. Sólo ellas parecen garantizar un clima de libertad. Allí están el poder y las oportunidades. En ellas se hace la política, se concentra el dinero, la información y las comunicaciones, se multiplican los encuentros, obran la industria y el comercio. Y para las ciudades son los más finos productos, los lujos, el arte y la cultura. Pero ¿no se vive la ciudad, por encima de todo, como el lugar donde es posible garantizarse unos derechos difíciles de mantener en otros ámbitos: ser persona?, ¿no es ése es su atractivo fundamental?
114 ) Los derechos humanos se oponen al mundo de desigualdades y diferencias que conocemos. Se aspira a ellos de forma mayoritaria. Aunque su interpretación varíe de unas culturas a otras, ¿no unen, como cree Lukes, más intereses de los que separan? 115 ) Por eso se dice que los derechos humanos constituyen el gran tema de nuestro tiempo. El logro del final del milenio. Un historiador (Hobsbawm, europeo) ha dicho: parecen “de las pocas cosas que se interponen entre nosotros y las tinieblas”. Un economista (Amartya Sen, asiático) los reivindica con la democracia, pues “ningún país democrático permite el hambre”. *41* Hablamos de lo que consideramos su acepción más universal: la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. *42* Aunque el acuerdo por el que se formalizó la Declaración universal no fue unánime, y nunca ha contado con el completo apoyo de todos los países, es lo mejor que tenemos. ¿Puede decirse que, a pesar de todo, se consolidan?
116 ) Con el transcurso del tiempo la comunidad internacional ha ido legitimando progresivamente su alcance moral, político y jurídico. Como parte de este progreso se ha producido la incorporación de nuevos derechos. ¿El enunciado de nuevos derechos contribuye a consolidar los reconocidos anteriormente o los debilita? ¿La consideración de los derechos emergentes, *43* refuerza a los de primera y segunda generación o desvía la atención de ellos? 117 ) Pero tal ampliación ha ido a la par de una práctica con frecuencia harto defectuosa. Concretamente, hay un grupo de derechos, entre los que están casi todos los de contenido económico y social, que no se han concretado todavía en tratados que precisen su contenido (o lo que es lo mismo: los estados no han mostrado la voluntad política necesaria). No tiene sentido hacer estas diferencias. Pues ¿es posible el respeto de muchos de los derechos individuales si no se garantizan antes los derechos de índole económico y social?
118 ) El camino sigue siendo largo. Y entendemos que la ciudad (y con ella el urbanismo, como parte importante de las políticas urbanas) juega sin duda un papel de primer orden. ¿Es un instrumento fundamental para materializar estos derechos? ¿Quizá no tanto por lo que se refiere a los derechos civiles (que también), pero sí a los económicos y sociales? 119 ) Su actuación puede incluso marcar las diferencias: favorecer un retroceso, o impulsar el progreso. Los derechos como cimiento del urbanismo necesario. En el esfuerzo sostenido de la humanidad por cambiar el mundo existen momentos y lugares de impulso para modelar poderosas fuerzas políticas transformadoras. ¿Estamos en uno de esos momentos de transformación, en que es urgente actuar, evitar que se aborte? 120 ) Hay elementos del estado de bienestar que ya se han perdido, se están dando muchas bazas a la insolidaridad, al individualismo frente a la cooperación. ¿Estamos en una emergencia? 121 ) Pero, además de que el discurso de los derechos se haya enriquecido o hecho más exigente, también está aquí presente lo que más atrás se citó de Verdú: quizá antes no te enterabas o no sabías reaccionar; pero ahora no te resignas. *44* ¿No hay que aprovechar este impulso? 
La dignidad del último ciudadano, como síntesis
122 ) No es bastante planificar la ciudad para una mayoría, por amplia que sea: los derechos plantean exigencia de totalidad. Si nadie puede quedar fuera, habrá que empezar desde abajo. Y pensar en una economía (una ciudad rica) y una estética urbana (una ciudad bella) diferentes. ¿Cuáles serán ahora objetivos básicos del urbanismo para garantizar a todos una vida urbana decente (una economía mínima), y el reconocimiento de la dignidad urbana del último ciudadano? 123 ) La novedad estaría en esas garantías, difíciles de conseguir. ¿Cómo asegurar decencia y dignidad urbana para todos, sin exclusión?
124 ) Las definiciones de dignidad y solidaridad realizadas desde arriba pueden pecar de etnocentrismo y dejar gente fuera. Pueden ser miopes. Mas ¿cómo actuar, si la misma idea de decencia depende de la mirada propia ? *45* 125 ) La decencia se refiere a las condiciones materiales y la dignidad a las no materiales. ¿Bastará con visibilizar las condiciones concretas y completas de la vida urbana para que el mandato de la mirada actúe? 126 ) ¿Cómo podrán aprovecharse mejor las posibilidades, inéditas hasta hoy, que ofrece la revolución de las técnicas de información para ese propósito revelador, de poner en evidencia ? 127 ) ¿Implicaría trabajar a la vez por un urbanismo global y local (cosmopolita, planetario)?
128 ) En los siguientes capítulos se verán uno a uno los derechos que afectan a, y son afectados por, la ciudad. Pero una síntesis de todos ellos, muchas veces se ha dicho, es el derecho de cada persona a la dignidad. El derecho a la dignidad. *46* ¿Sería lícito entender que la raíz de la nueva ciudad, si la de la ciudad del príncipe es la cercanía, y la elegancia lo es de la ciudad del estado del bienestar, habría de ser ahora la dignidad? 129 ) Tiene, la dignidad, varias facetas. Es una p alabra clave en nuestra cultura, pero al ser p rincipio de principios, valor de valores, ¿puede resultar la idea de dignidad demasiado abstracta para ser tomada como matriz urbanística? 130 ) Se ha dicho de la dignidad que es e se afán por exteriorizar sin tregua la nobleza de condición que compartimos todos los ciudadanos. ¿Se entiende? *47*
131 ) Pueden identificarse tres rasgos de la dignidad (nos será útil hacerlo así): decencia, soberanía, reconocimiento. La decencia es aseo. ¿A qué obliga garantizar una vida simplemente decente para cada ciudadano? 132 ) Simplemente decente. ¿No es ya ese humilde propósito una ingente tarea? 133 ) Mas, a pesar de ello, ¿no habrá que garantizar unas condiciones materiales mínimas a cada uno, por debajo de las cuales resulta impúdico seguir hablando de dignidad ? 134 ) ¿Cómo definirlas, si son relativas (sí: dependen de la mirada propia), pero a la vez implacables? 135 ) Sería, en tal caso, una exigencia no convencional, quizá no compartida. ¿Cómo cuadrar inflexibilidad y coyuntura? 136 ) Algo de lo que hoy se muestra indecente ayer no lo parecía. ¿Son, por tanto, las condiciones mínimas de existencia material que la decencia reivindica para todos contingentes, históricas y culturales, imposibles de establecer de una vez por todas, e imposibles de determinar al margen de las condiciones materiales en que viven los demás ciudadanos? 137 ) Y de ser así, repetimos, ¿cómo sentirlas inexorables, pétreas, en cada momento y lugar? *48*
138 ) La decencia, el decoro, se mueve. Cambia con los tiempos. ¿Tiende, a largo plazo, a acercar las condiciones de la vida material de unos y otros; y tiende a una futura, pero cierta, igualdad de mínimos? 139 ) En tal caso, precisaría de tiempo, de espera, para alcanzarse. Y ¿no es la espera incompatible con la exigencia inmediata?. La decencia de unos depende de la calidad de vida de los otros. ¿Podría admitirse que la decencia implicaría a la larga un proceso de equilibrio universal progresivo o acercamiento entre las condiciones materiales de unos y otros en todo el planeta? 140 ) Si planteamos acercamientos o equilibrios locales, provisionales, en la propia ciudad; si la propia ciudad da una primera medida de lo decoroso, ¿se atendería así al carácter implacable de la exigencia moral, sin renunciar al reequilibrio paulatino entre lugares, sin renunciar a que la mirada propia obligue igualmente a universalizar las condiciones mínimas?
141 ) Los otros dos rasgos de la dignidad, la soberanía y el reconocimiento, aluden a una palabra malbaratada: la excelencia. Un término que resuena en muchos ámbitos como sinónimo de distinción. Pero no siempre fue así. Algunos de sus sinónimos son el honor y la honra, patrimonio, en principio, de todos: todos somos, o podemos ser, excelentes, todos podemos contar con la estima propia y ajena. Interesa distinguir una d ignidad autónoma y otra heterónoma (las denominaciones son de Peces Barba). La primera trae causa de la persona misma y se encuentra en la propia condición humana. La segunda tiene una raíz y un fundamento exterior al ser humano, se fundamenta en la realidad social. La primera, la dignidad autónoma, es la más querida por la filosofía. *49* Es una dignidad que se refiere, por tanto, así lo vemos, a la soberanía. Que no precisa que otros la reconozcan, sino que cada uno debe encontrarla en sí. *50* ¿Dice algo al urbanismo?
142 ) La otra faceta de la dignidad (antes dijimos: heterónoma) es su reconocimiento por la sociedad. ¿Cómo dar forma urbana al reconocimiento por parte de todos de la excelencia de cada uno; cómo volver al Calderón y Lope cuando tratan de la trascendencia social de la opinión de los demás? 143 ) ¿No están en ese punto los derechos humanos?, ¿no se refieren exactamente a la obligación de la sociedad, de la ciudad, de apreciar la dignidad de todas y cada una de las personas? 144 ) ¿Sólo apuntan a la decencia, o, como creemos, la decencia ni siquiera cabe plantearla, sino exigirla de forma inmediata? 145 ) Hablamos, pues, del derecho a la dignidad. Es decir: de las garantías de una vida material decorosa y del reconocimiento, propio y ajeno, de la nobleza de condición. ¿Podría decirse, de forma un tanto paradójica, que hablamos finalmente de la democratización de la aristocracia? 146 ) ¿Cabría decir que el urbanismo debe tratar de conseguir, por tanto, que además de un diseño urbano que no ofenda (construir una ciudad bella), y una economía urbana que no degrade (contribuir al progreso de la economía), una ciudad que responda a la nobleza de cada una de las personas que la pueblan?
147 ) ¿Sería posible intentar, al menos, detectar los rasgos urbanísticos de la dignidad? 148 ) ¿Cómo preservar la máxima autonomía de cada uno, evitar el tratamiento adocenado (no concebir a la población en montones), actuar contra todas las formas de pobreza (la miseria: el grado cero de la dignidad), favorecer la integración (contra cualquier forma del gueto, contra cualquier estigma), promover la igualdad esencial, básica (vivir entre iguales), evitar cualquier discriminación (de la mujer, del anciano, del niño, del extranjero), facilitar el decoro y la limpieza y evitar la sensación de abandono, apreciar y reconocer el trabajo de quienes nos precedieron, etc.? *51*
149 ) El problema de la dignidad se agudiza en los náufragos de la ciudad. Los nombramos, con denominación genérica (una sinécdoque) un tanto cinematográfica, “el último ciudadano”. ¿Hay un tema más adecuado a nuestro propósito que la defensa de la dignidad urbana del último ciudadano? 150 ) Si en una ciudad cualquiera pusiésemos en orden a sus ciudadanos, en sucesivas filas, de acuerdo con las pautas que se utilizan en el urbanismo (con criterios de movilidad, equipamiento y servicio, vivienda, cultura, participación, etc.), veríamos un panorama llamativo. ¿No estaría al cabo de todas o casi todas las filas que pudieran hacerse un grupo reducido (pero evidente) de ciudadanos? *52*
151 ) La condición de este grupo es la pobreza. No sólo, y quizá ni siquiera principalmente, económica. Pero desde luego un tipo de pobreza duro, durísimo, que te consume. “Grupos enteros de personas que se encuentran parcial o totalmente fuera del campo de aplicación efectiva de los derechos humanos” debido precisamente a la pobreza, según reconoció ya en 1994 el Consejo de Europa. No hace falta acudir a las enormes bolsas de pobreza de África, Asia o América. La opulenta Europa cuenta con 56 millones de pobres. Y no se trata, insistimos, sólo de una miseria “dickensiana”. Sino la que destruye progresivamente las relaciones existentes entre los individuos afectados y el resto de la sociedad. Esa pobreza que presupone la confrontación del individuo a su impotencia, que conlleva el aislamiento real de las personas o grupos pauperizados; o quizá sólo el sentimiento de aislamiento. Pero tal sentimiento es suficiente. Implica numerosas y críticas situaciones de desamparo. ¿Sería esta denominación, “último ciudadano”, otra forma de llamar simplemente al pobre, o aporta algunos matices necesarios para el urbanismo?
152 ) Porque lo que el último ciudadano tiene lo tenemos todos. Tiene pies para andar. Manos para trabajar (y acariciar). Una razón que compartimos. Ojos para ver y cuerpo para ser visto. Boca para hablar, oídos para escuchar. Una capacidad infinita para la esperanza y también una puerta siempre abierta hacia la desesperación. Lo que todos. La cuestión es que ese último ciudadano no tiene nada más que lo que todos. Nada más. ¿Podría definirse precisamente así, como el “ máximo común denominador” de todos los ciudadanos? 153 ) ¿De qué población hablamos: del 2%, del 5%? *53*
154 ) Debe advertirse, sin embargo, sobre la idea de lo normal. Porque no es difícil caer, una vez más, en etnocentrismo. El grupo del último ciudadano es enorme. Pues con frecuencia lo normal no es lo que creemos que es lo normal. Recordemos a Moisés Naím: “Usted no es normal. Si está leyendo estas páginas, seguramente pertenece a la minoría de la humanidad que tiene un empleo estable, adecuado acceso a la Seguridad Social y que además disfruta de una considerable libertad política. Además, a diferencia de otros 860 millones de personas, usted sabe leer. Y gasta más de dos euros al día. El porcentaje de la población mundial que combina todos estos atributos es menos del 4% (...). Muchas decisiones de política pública han sido erradas porque han confundido ideales con realidades”. *54* ¿No hay que desconfiar de nuestra idea de lo normal?, ¿no hay que estar alerta? 155 ) Seguramente “el último ciudadano” sea, en las ciudades occidentales, mujer (la última ciudadana, sí): la probabilidad de las mujeres de ser pobres es en general mayor que la de los hombres. Con hijos, separada o viuda, mayor o muy joven, con un nivel de estudios limitado, seguramente en paro. Y muy probablemente, inmigrante. *55* ¿Cuál es el retrato, en las demás ciudades?
156 ) Se dirá: hay otros casos que podrían ser vividos con la mayor dureza. Condiciones de vida de mujeres maltratadas, enfermos terminales, otras vidas rotas o sin futuro. Compartir la vida con un enfermo de Alzheimer. Tantos casos encarnizados. Pero estas situaciones ¿quiebran el razonamiento o, por el contrario, lo completan, lo afinan y afirman? 157 ) Hay un precedente muy significativo de tratamiento urbanístico que no toma como referente al ciudadano supuestamente “medio”: las determinaciones de accesibilidad de personas discapacitadas. No se atienen al coste. Hay que hacerlo porque es de justicia. ¿Cabe extender esta técnica y este proceder a las situaciones personales de pobreza? 158 ) La dignidad está íntimamente vinculada a la razón. De hecho, la dignidad es pedir explicaciones: ¿por qué la pobreza, si no es inevitable; por qué se desvincula el urbanismo si en la ciudad está la riqueza? 
La ciudad del derecho, la ciudad en ciernes
159 ) ¿Cuál podrá ser la esperanza para evitar la barbarie urbana: *56* atacar directamente el problema de la exclusión, la insolidaridad, y poner en primer plano, hacer explícito y destacar el fundamento del derecho, siempre presente en la historia de las ciudades pero hoy soterrado, volver a los derechos como cimiento del urbanismo necesario? 160 ) ¿Completar un ciclo urbano, pasando desde aquella ciudad del uno a la ciudad de cada uno ? 161 ) En el esfuerzo sostenido de la humanidad por cambiar el mundo existen momentos y lugares de impulso para modelar poderosas fuerzas políticas transformadoras. Ya nos preguntamos antes sobre si estamos en uno de esos momentos de transformación, en que es urgente actuar para evitar que se agosten los signos de florecimiento; sobre si estamos en una emergencia, ante el acelerado adelgazamiento del estado de bienestar, ante el ofrecimiento de demasiadas bazas a la insolidaridad, al individualismo frente a la cooperación. Y también advertimos que el discurso de los derechos se ha enriquecido o se ha hecho más exigente, mientras que, como señala Verdú, antes no te enterabas o no reaccionabas. Por eso cabe insistir: ¿Es posible resignarse al conocimiento, a la deprimente estadística de que un tercio de todas las muertes humanas sean ocasionadas por causas relacionadas con la pobreza? *57*
162 ) En todo caso, y de acuerdo con Pogge, *58* habrá que perseguir un criterio universal de justicia que sea modesto. Es importante esta apreciación. “En lugar de definir la justicia como el punto más alto alcanzable en una escala indefinida, debería definir la justicia como un umbral razonable compatible con una diversidad internacional de esquemas internacionales, esquemas a los que meramente se les exige tratar a las personas afectadas por ellos de una forma mínimamente decente y equitativa”. Unos criterios que deberían dejar la puerta abierta a que determinadas sociedades, o algunas ciudades concretas, pudieran imponer otros criterios propios, más exigentes. Pues ¿no buscamos un criterio nuclear de justicia básica, ampliamente aceptable, como cimiento de un urbanismo reconsiderado?
2 ) La pregunta, finalmente, vuelve a ser ésta: ¿Es real esta ciudad en ciernes o es un espejismo, un sueño sin sentido? 163 ) ¿Merece la pena contribuir a que florezca, o es tiempo y trabajo perdido? 164 ) ¿Fecundará una realidad que reclama cambios urgentes y profundos con un anhelo de justicia global? *59* 
(equivale a 17 págs. sin notas).
- NOTAS
*1* Seguimos de nuevo en la forma de organizar el texto a Paulo Herkenhoff, en “Quita el centro y tendrás el universo: la presencia del margen...”, en Revista de Occidente 238 , febrero de 2001. Se lee a sorbos. 
*2* Norberto Bobbio, El tiempo de los derechos (Madrid, Sistema, 1991).
*3* El primer vídeo documental de esta exposición se titula “La ciudad sin horizonte”. Esta denominación alude a una visión del mundo actual que John Berger planteaba . Pero también a una perspectiva de cambio que creemos posible. Para Berger el mundo (la ciudad) que se está construyendo es una prisión, un ahogo. Vivimos –dice- una cultura claustrofóbica, posiblemente la más claustrofóbica que nunca haya existido, donde “no se percibe ni otro lugar ni otra forma. Lo que existe de hecho es la prisión”. Una claustrofobia no causada por la superpoblación, sino por la ausencia de continuidad entre las acciones . Y lo ilustra con una imagen poderosa. John Berger describe el mundo actual semejante a aquel infierno que hace cinco siglos dejó pintado El Bosco: “No se ve allí horizonte alguno. Ninguna continuidad entre las acciones, ninguna pausa, ningún camino, ningún plan, ni pasado ni futuro. Nada se ensambla: todo se interrumpe. Se trata de una suerte de delirio espacial” en que todo carece de sentido. Hoy, decía el autor, la inteligencia humana ha sido reducida a la avidez y renuncia a toda continuidad entre las cosas. Es preciso, por encima de todo y frente a ello, abrir un nuevo horizonte . Y pensamos que los derechos humanos, la ciudad de los derechos humanos, puede estar en él. (El artículo de John Berger fue publicado en Le Monde Diplomatique , ed. esp. de agosto de 1997. La referencia procede de R. del Caz, P. Gigosos, M. Saravia, La ciudad y los derechos humanos , Madrid, Talasa, 2002).
*4* La forja de la ciudadanía, en la película de Nicolas Philibert Ser y tener (Francia, 2002).
*5* Un texto clásico sobre la formación de Karlsruhe es el de F. S. Meyer, Die Haupt- und Residenzstadt Karlsruhe (Karlsruhe, 1900). Un buen resumen en castellano, Paolo Sica, Historia del Urbanismo. El Siglo XVIII (Madrid, IEAL, 1982), pp. 415-419. Situada junto al Rhin, cuenta en la actualidad con 280.000 habitantes. Fue proyectada por Jacob Friedrich von Batzendorf para el margrave (algo así como marqués) Karl Wilhelm de Baden-Durlach, quien decidió dejar su residencia de Durlach y construirse un nuevo palacio, rodeado de bosques, jardines y de una nueva ciudad, a su imagen y semejanza ( Karls Ruhe: el reposo de Carlos) . Se inició la obra el 17 de mayo de 1715. Sobre la ciudad del príncipe, José Luis Martín, La ciudad y el príncipe: estudio y traducción de los textos de Francesc Eiximenis (Universidad de Barcelona). Sobre monumentalización, W. Hegemann & E. Peets , American Vitrubius . An Architect's Handbook of Civic Art (Nueva York, 1922). Ed. española : El Vitruvio americano: Manual de Arte Civil para el Arquitecto ( Ed. Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona, 1992).
*6* La permanencia de estilo de lo público puede verse, por ejemplo, en los teatros de ópera: www.weblaopera.com/. Coincidencias básicas de composición y criterio entre el teatro de San Carlo de Nápoles, el Burgtheater de Viena, el Bolshoi de Moscú, el Teatro de la Ópera de Manaos, el Colón de Buenos Aires, la Ópera de Sidney o el Metropolitan Opera House de Nueva York.
*7* Comentado por Francisco Brines, Escritos sobre poesía española , Valencia, Pre-Textos, 1995.
*8* Ninguna macdonalización como la de la publicidad. ¿Quién no conoce Coca-Cola? ¿Qué decir de la calidad y el atractivo de muchos de sus anuncios? ¿Qué decir de la ciudad que se promueve en ellos, con frecuencia interesante? Coca-Cola , la marca con más valor mundial, usa en sus campañas actuales valores individualistas (estilo de vida) y a la vez solidarios, humanitarios ( Campaña Juntos por África , por ejemplo ) y medioambientales. Su publicidad, que llega a suponer el 25 % de sus ventas, se dirige de forma agresiva hacia jóvenes y niños. Sin embargo, “la imagen que la corporación pinta de sí misma no es coherente con su comportamiento. Entre todos los hechos mencionados, quizás uno de los más graves es la detección de la explotación laboral de la infancia” (ver Observatorio de Corporaciones Transnacionales: www.ideas.coop/).
*9* Cit. en Ottmar Ette, “El Occidente revisitado”, en Revista de Occidente, 265 , junio de 2003, número monográfico sobre Max Aub. 
*10* Sobre tolerancia, es útil consultar www.tolerance.org. Ver especialmente las 101 tools for tolerance ( Ideas for Yourself, for Your Home, Your School, Your Workplace, Your Community, etc.). 
*11* La pretensión de elegancia es consustancial al urbanismo moderno. Ver The Principle of Elegance , en International Council for Local Environmental Initiatives (ICLEI). Municipal Management by Ecosystem Principles. Las "soluciones elegantes" permiten la satisfacción de múltiples requerimientos mediante una acción integrada, a menudo simple y siempre más económica. Supone el establecimiento de relaciones simbióticas entre partes, subsistemas y sectores, maximizando la eficacia y la estabilidad del conjunto. Es cierto que la ciudad actual no puede ponerse como ejemplo de la aplicación de este principio, pero en la lógica del urbanismo moderno está procurar la fácil relación entre la vivienda y el comercio, o el aprovechamiento para riego de las aguas residuales, etc.
*12* El Estado de bienestar, aunque se fraguó durante varias décadas, tomó forma definitiva el 26 de julio de 1945, fecha de la victoria laborista en Gran Bretaña, en las primeras elecciones después de la Segunda guerra mundial. De 1945 a 1948, se promulgaron cinco cambios legislativos que en su conjunto supusieron su fundación. El informe Beveridge de 1943 conformó el contexto y marcó las pautas para aquel programa. Beveridge, que era un liberal, suscitó la adhesión pública con su imagen de cinco gigantes que había que destruir si se pretendía crear un mundo mejor. Eran los gigantes de la necesidad, la enfermedad, la ignorancia, la miseria y el paro. Y contra esos cinco gigantes se dirigió la legislación del gobierno Attlee que intentaba proteger contra las contingencias naturales de la vida, la vejez, la enfermedad y el desempleo; dando ayudas para los niños, apoyos para la educación y asegurando una adecuada oferta de vivienda. Desde muy pronto el Estado de bienestar tuvo una plasmación urbana evidente. Es más: su traducción en sentido moderno ha sido fundamentalmente urbana. Fue lo que en argot urbanístico se llamó “ciudad-servicio”.
*13* Robert Hughes, La cultura de la queja . Barcelona, Anagrama, 1994. 
*14* Sobre el Plan de Madrid puede leerse la Memoria general , Ayuntamiento de Madrid, 1985. Con prácticamente tres millones de habitantes, es una de las grandes ciudades europeas. Como tal comparte historias con Karlsruhe, desde luego. Pero nos interesa ahora verla no en su periodo barroco (también brillante), sino en el más reciente desarrollo democrático. Concretamente, cuando se planificó su desarrollo tras la recuperación de libertades después de Franco. Nos interesa el Plan General de Ordenación Urbana que dirigió Eduardo Leira en los primeros años 1980, siendo alcalde E. Tierno Galván.
*15* La comparación entre las imágenes de estación de Atocha, antes y después del plan (en 1980 y en 1990, por ejemplo) es expresiva del cambio producido. 
*16* La encuesta se publicó en un cuaderno “Extra” del diario El País del 10 de septiembre de 2004, a propósito de la celebración en Barcelona del Foro Urbano Mundial. 
*17* Citar la ley. NOTA PENDIENTE. 
*18* “El verdadero peligro de la privatización no reside en la inhumanidad innata que caracteriza a los profesionales del sector sino en los incentivos económicos añadidos que recompensan la crueldad. La misma lógica que impulsa a las compañías a gestionar las cárceles con mayor eficacia los alienta también a limar aristas en detrimento de sus trabajadores, sus internos y los contribuyentes (...). Las empresas reciben una cantidad estipulada por cada recluso al margen de su coste real. Cada centavo que dejan de invertir en alimentación, en asistencia sanitaria o en la formación de sus funcionarios es un centavo más que se embolsan”. El paisaje es expresivo. En el South Central Correctional Centre , de Clifton, Tennessee, el acceso está presidido por un imponente cartel que dice: "CCA La Excelencia en Correccionales"; y más abajo: "Cotización en Bolsa a día de Ayer”, seguido del valor en esa fecha. Ver Eric Bates, “Cárceles Privadas”, recogido en www.firgoa.usc.es, revista electrónica de la Universidad de Santiago de Compostela (original publicado en The Nation Magazine , 2000).
*19* El negocio de las cárceles y el urbanismo, en Mike Davis, Beyond Blade Runner (hay traducción española en Virus); y Loïc Wacquant, Las cárceles de la miseria (ed. esp. en Manantial, 2000). 
*20* S. George, “¿Globalización de los derechos?”, en Matthew J. Gibney (ed.), La globalización de los derechos humanos (Crítica, 2004; original de Oxford, 2003). 
*21*David Harvey, “Los espacios de utopía”, publicado en los números 75 y 76 de Mientras tanto , correspondientes al otoño de 1999 e invierno de 2000. 
*22*Sobre la exclusión, Zygmunt Bauman, Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias (Barcelona, Paidós, 2005).
*23* UN-Habitat, The Challenge of Slums: Global Report on Human Settlements 2003 (Londres, 2003). Otro informe fundamental, el del Global Urban Observatory, Slums of the World: The face of urban poverty in the new millenium ( New York , 2003). 
*24* Lo dice G. Tortella, a propósito de J. B. Delong, Cornucopia: The Face of Economic Growth in the Twentieh Century , en su libro La revolución del siglo XX (Madrid, Taurus, 2000). Se refiere a cifras por habitante. Al haberse multiplicado la población por casi cuatro, habría que hablar de una multiplicación por 35 de la producción mundial. 
*25* Lo admite incluso el Banco Mundial. Ver www.worldbank.org/ y el Human Development Report 2003 . Una cifra (luego vendrán otras): el 1% de la población acumula la misma riqueza que los 2.700 millones de personas más pobres. Y la brecha aumenta. (Ver un mayor desarrollo en R. del Caz, P. Gigosos y M. Saravia, “Geografía urbana de la pobreza”, en Archipiélago, 68 ). 
*26* Salvo América Latina, que en esto está equiparada a Europa y Norteamérica, con un 75% de la población residiendo en ciudades. Asia y África se mueven en cambio en torno al 36-37%, pero con un apreciable ritmo de incremento: el 3,77% en el primer caso, y el 4,87%, más acelerado, en el caso africano. 
*27* En cada país adopta su peculiar denominación (bidonvilles, favelas, villas miseria, barriadas, ranchitos, tugurios, kampung, gecekondu, chabolas, etc.). Asistimos a un salvaje proceso de urbanización de los pobres. El campo empieza a dejar de ser su refugio y los expulsa a la ciudad que pasa así a convertirse en el lugar hacia donde se desplaza, sin aparente retorno, la vieja pobreza rural. Casi mil millones de personas viven ya hoy en estos asentamientos precarios. Sin servicios básicos de agua, saneamiento o recogida de basuras; muchas veces sin electricidad, sin pavimentación alguna, de difícil acceso, sin escuelas o servicios médicos, sin espacios públicos, con dificultades de abastecimiento, etc. En tales asentamientos vive un tercio de la población urbana mundial. 550 millones de personas en Asia, 187 en África y 128 en América Latina. Y en los países ricos los 54 restantes. Éstos son los datos, y la previsión es que en 30 años estas cifras se habrán doblado. Así que hablar de pobreza es hablar de estos barrios. 
*28* “Plan local d´urbanisme (PLU) París 2020”. Ver Paris Projet , nº 34-35, octubre 2003. Un plan del mismo tipo que el madrileño antes citado, aunque convenientemente puesto al día. Hablamos del gran París. Pero, más allá de la “grandeur” francesa (inevitablemente presente), domina en el plan la idea de “reducir las desigualdades y encontrar nuevos equilibrios entre barrios”. Repensar la estructura urbana en función de las mayorías para una nueva etapa de París. Sin embargo, a pesar de tratarse de un ejemplo de planeamiento moderno (insistimos, como el de Madrid de 1985), sus textos apuntan también algunos cambios en el modo de pensar la ciudad, algunas novedades que, de reforzarse y potenciarse, podrían contribuir a la sustitución del paradigma que sugerimos: dan noticia, aunque sea aún muy levemente, de una ciudad en ciernes, la de los derechos humanos, que habría que ayud ar a nacer.
*29* Como saben los cinéfilos, Mac Guffin llamaba Hitchcock al pretexto usado al construir sus tramas de suspense: planos secretos, claves numéricas, cargamentos de uranio; cualquier cosa que obligase a los personajes a ir, venir, buscar, ocultar, huir, matar. Pero el contenido del Mac Guffin no es importante y ni siquiera hay por qué explicarlo. Para Hitchcock su mejor Mac Guffin era el de Con la muerte en los talones : nunca se llega a saber qué buscan los espías que persiguen a Cary Grant. El Mac Guffin no es sólo un recurso cinematográfico. Hay, por ejemplo, muchos casos de Mac Guffin político, con un contenido tan superfluo que casi nadie se molesta en leer. (Texto de Miguel Izu). 
*30* Ver en www.aetu.es/ las Normas del Consejo Europeo de Urbanistas (C.E.U.) para la planificación de ciudades denominadas Nueva Carta de Atenas . Las asociaciones nacionales e institutos de urbanistas de once países de la Unión Europea (Bélgica, Dinamarca, Alemania, Grecia, Francia, Irlanda, Italia, Los Países Bajos, España, Portugal y el Reino Unido), unidos para formar el Consejo Europeo de Urbanistas, emprendieron y redactaron este documento entre mediados del año 1995 y principios de 1998. También se realizaron aportaciones desde otros seis países de Europa (Chipre, Hungría, Islandia, Polonia, Suiza y Turquía). También confirman estas afirmaciones los Objectives of the ESPON Programme . 
*31* Relativismo no. Mejor “contra-anti-relativismo”. Clifford Geertz, “ Contra el antirrelativismo ”, en Revista de Occidente, 169 (junio, 1995), pp. 71-103. Sobre teoría urbanística aplicada, una síntesis de la evolución y situación actual en E. Salzano, Fondamenti di urbanistica (Roma-Bari, Laterza, 2ª ed.: 2004). Otra (más centrada en aspectos económicos y sociales): A. Bailly y J.M. Huriot, Villes et Croissance. Théories, modèles, perspectives (París, Anthropos, 1999). Y una tercera, Simon Parker, Urban Theory and the Urban Experience: Encountering the City , Routledge, 2003). 
*32* Dos referencias sobre los cambios del mundo actual: Remo Bodei, entrevistas en http://lgxserver.uniba.it/. Y también African Intellectuals and the African Crisis (www.codesria.org/vilakazi.pdf). Para informar de los cambios en la realidad urbana, ver los informes anuales del Worldwatch Institute. Para el caso europeo, Yuri Kazepov (ed.), Cities of Europe (Oxford, Blackwell, 2004). Un punto de vista personal en “Las grietas de la ciudad capitalista. E ntrevista con David Harvey”. Respecto a los cambios de las principales ciudades de Asia, ver el informe Cities of Asia , del publicación del World Heritage Centre. Algunos problemas generales (en una publicación de hace ya algunos años): Jorge E. Hardoy , Diana Mitlin y David Satterthwaite , Environmental Problems in an Urbanizing World. Finding Solutions in Africa, Asia, and Latin America. 
*33* Manuel Delgado, “Ciudades de mentira. El turismo cultural como estrategia de desactivación urbana”, en Archipiélago, 68 , 2005. 
*34* Música participativa. Ver Carbonell. Improvisación (Pablo). NOTA PENDIENTE. 
*35* Ver el Documento de Sesión del 5/12/2005, del Parlamento Europeo: Informe sobre las alegaciones de aplicación abusiva de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) y sus repercusiones para los ciudadanos europeos (Peticiones 609/2003, 732/2003, 985/2002, 1112/2002, 107/2004 y otras) (2004/2208(INI). Comisión de Peticiones. Ponente: Jane y Fourtou. 
*36* "No es sino una cuestión de tiempo" que se extienda la revuelta de los barrios franceses al resto de Europa. "Nosotros tendremos los mismos problemas”, dijo tras asegurar que los arrabales italianos son “una tragedia humana”, y que “si no se hacen intervenciones serias, en el plano social”, habrá “París por todas partes”. Declaraciones de R. Prodi en un acto político en Bolonia, el 8 de noviembre de 2005, recogidas en toda la prensa europea. 
*37* El 46% de la población mundial sólo posee el 1,2% de la renta global. Su poder adquisitivo por persona y día es insignificante. En el otro extremo, el 15% de la humanidad perteneciente a las “economías de rentas altas” posee el 80% de la renta global. (Estimaciones del Banco Mundial). 
*38* La Biennal di Venezia. 7th International Architecture Exhibition. Città: Less Aesthetics More Ethics . Marsilio, 2000. 
*39* Para la actualidad del urbanismo social, ver Clara Greed, Social Town Planning (Routledge, 1999). 
*40* La ciudad, como sede del derecho, en los trabajos de F. Braudel, capítulo 8 de su Civilización material y capitalismo (Barcelona, Labor, 1974). Sobre la ciudad europea medieval son clásicos los estudios de Pirenne, Duby, Bonnassie, Huizinga, Lavedan. La obra de Weber Die Stadt (1921) está traducida al castellano en Madrid, La Piqueta, 1987. Sobre la ciudad china, Andrew Body, Chinese Architecture and Town Planning 1500BC-AD1911 (cit. en A.E.J. Morris, Historia de la forma urbana ; trad. cast. en Barcelona, G. Gili, 1984). 
*41* Sobre derechos humanos ver, en primer lugar, el texto que con motivo del 50 aniversario publicó la Asociación para las Naciones Unidas en España, La Declaración Universal de los Derechos Humanos (Barcelona, Icaria-Antrazyt, 1998), especialmente el capítulo del propio coordinador, Xavier Pons. También el clásico de T. Paine, Los derechos del hombre (Madrid, Alianza, 1984; or. inglés de 1791-92). Y otros, como los de N. Bobbio, “Sobre el fundamento de los derechos del hombre”, en El problema de la guerra y las vías de la paz (Barcelona, Gedisa, 1982); Leah Levin, Derechos humanos: preguntas y respuestas (publicado por primera vez en 1981); G. Peces Barba, Curso de derechos fundamentales. Teoría general (I, Madrid, 1991); Graciano González R. Arnaiz (coord), Derechos humanos (Madrid, Tecnos, 1999); y el ya cit. de S. Shute y S. Hurley (eds), On Human Rights. 
*42* Puede leerse en: www.un.org/. 
*43* La Carta de Derechos Humanos Emergentes (CDHE) se plantea en 2004 para contribuir a la cristalización de los derechos humanos en el nuevo milenio. Contempla dos tipos de derechos, los que han estado hasta ahora “sumergidos” (necesitan emerger) y otros que hasta el momento no han sido contemplados, pues se vinculan a las transformaciones tecnológicas y la globalización. No niega vigencia alguna a la Declaración Universal de 1948, sino al contrario, actualizarla. Pretende complementar los derechos ya adquiridos desde una nueva perspectiva, la de la ciudadanía participativa. Puede leerse en la página web del Institut de Drets Humans de Catalunya: www.idhc.org/. 
*44* Vicente Verdú, “La globalización toma rostro humano”, El País , 1 de enero de 2006. 
*45* La decencia se vincula a la mirada propia. Y sobre la exigencia de la mirada, Emmanuel Lévinas, Totalidad e Infinito. Ensayo sobre la exterioridad (Sígueme, Salamanca, 2002). 
*46* Un libro esencial, Víctor Gómez Pin, La dignidad . Lamento de la razón repudiada (Paidós, 1995). 
*47* Un blog sobre dignidad: www.sokwanele.com/. Ver el artículo “Dying in Zimbabwe now a luxury only afforded by the rich”, en thisiszimbabwe/archives/321. 
*48* Ver fotografías de Sebastião Salgado en: www.patriagrande.net/. "A veces, no sabía dónde estaba: ¿En El Cairo, en Yakarta, en Ciudad de México? En todas partes existen esas mismas islas de riqueza en medio de la pobreza, como los espacios verdes de Manila, que son clubes de golf privados en lugar de parques públicos". 
*49* Aparece en Buonnacorso de Montamagno, Pico de la Mirándola, Giordano Bruno, Fernán Pérez de la Oliva, François-Marie Voltaire, Jean-Jacques Rousseau o Emmanuel Kant. Este último nos atribuye la condición de seres de fines, que no podemos ser utilizados como medios y no tenemos precio. La dignidad n o es un valor de trueque. Todos ellos considerarán que la verdadera nobleza no se basa en la gloria ni en los pasajeros bienes de la fortuna, sino en "los extraordinarios talentos y raros privilegios de la naturaleza (humana)". 
*50* El soberano es el antípoda del esclavo. Ver www.iabolish.com (es una ONG) La vida soberana se inaugura cuando, asegurado lo necesario, se abre la posibilidad de vida, más allá de la necesidad que el sufrimiento define (es decir: superada la decencia) dispone libremente del mundo persiguiendo el elemento milagroso, que encanta, “el brillo del sol que, en una mañana de primavera, transfigura una calle miserable” (Bataille). No sólo de pan vive el hombre, y el milagro al que aspira toda la humanidad se manifiesta bajo la forma de belleza, de riqueza; (también bajo la forma de violencia, de tristeza fúnebre o sagrada); en fin, bajo forma de gloria. ¿Pueden hacer algo las instituciones sociales, algo el urbanismo, para potenciar esta forma de dignidad? Nada. ¿Garantizar la decencia, y ver? Pues ¿qué significa el arte, la arquitectura, la ciudad, la música, la pintura o la poesía sino la espera de un momento fascinante, suspendido, de un momento milagroso? “Hay un punto donde la risa que no ríe, las lágrimas que no lloran, lo divino y lo horrible, lo poético y lo repugnante, lo erótico y lo fúnebre, la extrema riqueza y la dolorosa indigencia coinciden” (Bataille de nuevo): ahí apunta la vida soberana. La dignidad propia nos lleva a ese territorio. Pero nada podemos hacer los demás para guardarla o promoverla. Sólo encendernos con su visión. Más aún. Si la no espera, actúa en el instante, y el urbanismo subordina el instante presente a algún resultado esperado, ¿cómo compaginar soberanía y espera? 
*51* Este es un punto tan fundamental como difícil: definir las características urbanísticas de la dignidad. Lo que aquí se enuncia debe tomarse como un primer esbozo. 
*52* En función de su movilidad, delante se situaría un grupo (pequeño) de gente que, además de conservar intacta su capacidad de andar, se mueve en coche, puede moverse en moto, tomar un autobús o un metro, y si viene al caso montar en bici. De ciudad a ciudad viaja en tren, en coche, en avión. Para ir de un sitio a otro dispone de todo un arsenal de medios técnicos de los que hacer uso: puede elegir, según sus conveniencias. Al final, detrás, muy atrás, quienes ni siquiera pueden elegir ir en metro o en autobús. Ni en bici, ni en taxi. Ni en coche propio. Ahí están, como caso crítico, evidente, muchos “sin techo”. Y también mucha gente mayor que no puede utilizar el autobús, salvo si va acompañada. Gente que no tiene más que los propios pies para moverse con autonomía por la ciudad. Otras muchas filas podrían concebirse, igualmente útiles para pensar el urbanismo. Sobre el trabajo, los servicios, la participación. Desde luego la vivienda puede servir de pauta para hacer una nueva y clamorosa fila urbanística. Delante estarían quienes eligen vivienda, lugar, estilo de vida (casa alta, baja, en barrio denso o jardín, complementada con otras en otras ciudades o parajes o países): hay gente que vive así. Detrás quienes poseen una vivienda en condiciones que hoy puedan considerarse simplemente, decentes. Más atrás, los rezagados que viven en barrios de los que muchos se marchan. Con casas sin ascensor, aunque se viva en un 5º piso. Sin calefacción adecuada, sin garaje. Donde el entorno es problemático, o donde se convive con ruinas y escombros. Y más atrás aún, al final, quienes carecen de cualquier espacio propio, para quienes aislarse o vivir la privacidad es un lujo inalcanzable. Un libro, Patrick Declerck, Les naufragés. Avec les clochards de Paris , Paris, Plon , col. Terre Humaine, 2001. 
*53* No es fácil cuantificar el tamaño de este grupo. Podría estimarse, para las ciudades españolas, efectivamente, entre el 2 y el 5% de la población. En España se calcula que unas 530.000 personas (en casi 90.000 hogares) viven en la pobreza extrema. Y que estas cifras van en aumento. Y sin llegar a esa condición extrema , pero sí severa , se habla de más de 1.700.000 personas y unos 300.000 hogares. Una “población pobre que «acapara» en España la inmensa mayoría de los males, carencias y problemas sociales existentes, como el paro, el analfabetismo, las toxicomanías, la delincuencia y la marginalidad en general”. (Fuentes: Informe Foessa y J. Subirats, dir., Pobreza y exclusión social , Colección de Estudios Sociales de la Fundación “La Caixa”, 2004). 
*54* Moisés Naím, “Cuando lo normal es raro”, El País , 28 de septiembre de 2005. 
*55* La probabilidad de las mujeres de ser pobres es en general mayor que la de los hombres. Con hijos: los individuos que pertenecen a hogares con hijos tienen mayores tasas de pobreza que aquéllos que no tienen hijos. Separada o viuda: el tipo de hogar más desfavorecido es el monoparental con hijos. Mayor o muy joven: e n España los dos grupos más débiles por sus propias características sociales, económicas y demográficas son los menores de 15 años y los mayores de 65, que soportan un riesgo de pobreza creciente. Con un nivel de estudios limitado: existe una relación inversa entre la probabilidad de ser pobre y el nivel educativo que se posee. Además, los individuos que viven en hogares donde la persona de referencia del hogar ha realizado estudios superiores son los que se enfrentan a un menor riesgo de pobreza. En paro: el grupo más desfavorecido es el de hogares con todos los activos parados. Muy probablemente: inmigrante. (Fuente: INE, Pobreza y pobreza persistente en España. 1994-2001 , cit. Informe elaborado por M. Adiego Estella y C. Moneo Ocaña). 
*56* Sobre la evolución histórica del concepto de barbarie , ver F. Fernández Buey , La barbarie: de ellos y de los nuestros (Barcelona, Paidós, 1995). También: www.upf.es/. 
*57* WHO, The World Health Report 2001 , Anexo, tabla 2. El cálculo está realizado por Thomas Pogge, La pobreza en el mundo y los derechos humanos (Barcelona, Paidós, 2005; original publicado en Oxford en 2002), nota 136. 
*58* Op. cit. Ver especialmente el capítulo 1, “Florecimiento humano y justicia universal”. 
*59* El título Ciernes responde a varios motivos, que se corresponden a los diversos significados de la palabra. Expresa a la vez algo que está naciendo y algo que se está fecundando, que resulta de la colaboración positiva de instancias diversas, todas positivas. En cierne o ciernes se dice de la vid, el olivo o el trigo cuando están en flor. Cuando está fecundándose la flor. Y también se dice, unido a un nombre (“abogado en cierne o en ciernes”), cuando algo se encuentra en sus principios, lejos aún de la perfección, pero en camino de ser lo que el nombre indica. Aquí nos interesa hablar, desde luego, de este último aspecto de la ciudad: lejos de su perfección pero en camino de ser lo que la ciudad siempre ha prometido. Pero nos interesa también la idea de fecundación entre términos distintos: entre esos distintos derechos que, incluso pudiendo parecer contradictorios, sin embargo se potencian. Un texto, Arundhati Roy, The Algebra of Infinite Justice (Flamingo, 2002). 
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